A pesar del gran primer tiempo de Boca, el conjunto brasileño fue más eficaz de cara al gol y se quedó con el triunfo en la final por 4 a 1.
Estuvo ahí, a nada, a un pasito de coronar con el premio mayor una Copa Libertadores histórica. Faltó eso, la frutilla del postre. Un poco de puntería en el área de enfrente y un poco más de firmeza a la hora de defender las pelotas paradas en contra. De todos modos, este segundo puesto de Boca en la Copa Libertadores Femenina quedará guardada para siempre en la historia del fútbol argentino. Las Gladiadoras, únicas representantes del país en el torneo, lograron el primer subcampeonato para un equipo nacional y lo hicieron luchando hasta el final. El 1-4 contra Palmeiras (también campeón de la Libertadores de varones) no opaca para nada el gran certamen del equipo del Negro Martínez.
La imagen del final se queda con el llanto de Brisa Priori, autora del primer gol. Con la tristeza de Camila Gómez Ares, toda una referente de este plantel. Con la desazón de Yamila Rodríguez, capitana, figura y goleadora del Xeneize en la Copa con tres gritos, que no tuvo una buena noche y masticó bronca por un resultado que no tuvo tanto que ver con el desarrollo del partido. El Verdao arrancó mejor y aprovechó un rechazo defectuoso del fondo de Boca para ponerse en ventaja en el comienzo del partido. Luego, el Xeneize lo emparejó en el juego y llegó al empate a través de Priori, que definió con el arco libre tras una buena intervención de la arquera Jully. Y cuando Boca empezaba a dominar en el trámite llegaron otros dos goles de Palmeiras que empezaron a liquidar el trámite.
Porque Boca ya había estado cerca del título en 2010, en su primera participación continental, con un histórico tercer puesto que luego repetirían UAI Urquiza (2015) y River (2017) pero que aún nadie había podido superar. Fueron las propias Gladiadoras las únicas capaces de superar su marca. Primeras en la zona de grupos (les ganaron a Defensor de Uruguay y Ñañas de Ecuador y empataron con Ferroviaria de Brasil), sacaron a Corinthians en cuartos y al Deportivo Cali en semis. Y este viernes le jugaron de igual a igual a otro de los mejores conjuntos del torneo. Boca fue y fue, luchó y luchó, pero no se le dio. La historia, igual, ya le tiene un lugar reservado.
