Imparables. La palabra que mejor define el comienzo de temporada de Tolito Aguirre y Gonzalo Alfonso. En Chile conquistaron su tercer título consecutivo derrotando en una gran final a Allemandi y Pereyra por 6/7 6/3 7/6. Llevan 15 partidos ganados y solamente dos sets perdidos, cifras como para apuntar a lo más alto.
El partido decisivo del Claro Chile Open estuvo a la altura del nivel visto durante toda la semana y también a la altura de uno de los mejores torneos del circuito.
El marcador refleja con gran exactitud lo que presenciamos sobre la moqueta roja. Un partido igualadísimo que se resolvió por pequeños detalles en un tie break del tercer set. Hasta ese momento, todo fue de tu a tu.
En el primer set, las únicas oportunidades de break las tuvieron Aguirre y Alfonso. Un 0-40 que parecía definitivo en el cuarto juego, pero que supieron revertir Allemandi y Pereyra para luego hacerse enormes en el tie break.
Para el segundo capítulo salieron los campeones con el cuchillo entre los dientes. Sin excentricidades, sin lujos, sin ser tan mágicos, pero si muy efectivos. Rompieron ya en el primer juego y tuvieron oportunidades para aumentar la diferencia que mantuvieron hasta el final.
El duelo cruzado entre Alfonso y Pereyra fue la constante en el partido. El marplatense demostró estar a un altísimo nivel también en lo físico. Había aguantado Ramiro la embestida el día anterior de los números 1 y en la final volvió a ser el objetivo de sus rivales.
La final se iba a decidir a un solo set, el tercero, y allí volvieron a estar mejor Aguirre y Alfonso. Comenzaron rompiendo en el segundo juego, pero no supieron consolidar. Volvieron a ponerse por delante en el sexto, quebrando el saque de Pereyra, y tampoco les dejaron escaparse sus rivales. Estaba claro que el título se definiría en el tie break, máxime cuando Allemandi y Pereyra salvaron al resto bolas de partido en el décimo y decimosegundo juego. Y en la muerte súbita siempre fueron por delante los campeones.
Los Mágicos alcanzaron en Chile el tercer título consecutivo y está claro que van por más. Demostraron que cuando pueden se divierten, pero cuando no también saben sufrir y sacar adelante partidos muy complicados como esta gran final en tierras trasandinas.
Gracias Chile, esta primera visita ha sido inolvidable y seguro que la del próximo año será aún mejor.
