En su debut mundialista, la Selección Argentina cometió muchos errores en ataque y, encima, se topó contra un arquero intratable.
Los Gladiadores llegaron a Cracovia con la ilusión de seguir aumentando la historia reciente del equipo. Con las ganas de poder dar más golpes sobre la mesa. Sin embargo, también arribaron a este Mundial de Polonia-Suecia sabiendo que el panorama no sería el más sencillo, puesto que cayeron en el grupo de la muerte (el F) con tres rivales europeos. Y si bien no mostraron algunos aspectos positivos en ciertas partes del juego, no lograron estirar esos buenos tramos durante un largo rato. En definitiva, el debut terminó con una derrota por 29 a 19 ante Países Bajos.
La Selección Argentina, que está disputando su 14ª Copa del Mundo de manera consecutiva, careció -en rasgos generales- de sabiduría para saber manejar el ataque posicional. Lejos de haber imprimido su toque distintivo de estos últimos años, que es la férrea defensa, el equipo no logró recuperar y correr luego a la contra. Por el contrario, esa táctica fue utilizada por los neerlandeses, que construyeron la victoria a partir de un arquero intratable y de la gran cantidad de pérdidas nacionales.
Fuente: Olé