El peleador de 34 años, que estuvo más de dos años inactivo por diversos problemas de salud, volvió a la victoria ante el norteamericano Miguel Baeza.
Santiago Ponzinibbio alzó los brazos y grito con furia una vez que lo decretaron vencedor en las tarjetas del combate ante Miguel Baeza. No es una simple victoria más en UFC para el peleador argentino, es el premio al esfuerzo después de batallar durante más de dos años con una serie de problemas de salud que casi lo dejan sin su carrera profesional.
El luchador argentino de 34 años, que había retornado a la actividad en UFC hace cinco meses, tuvo su 13ª actuación en la compañía de artes marciales mixtas más importante del mundo: firmó su 10° triunfo en esta órbita tras las 3 derrotas que acumuló desde noviembre del 2013 hasta acá.
El nacido en La Plata, que tiene unas estadísticas totales de 28 victorias (21 por KO y sumisiones) y 4 caídas en las artes marciales mixtas, tuvo un primer round desfavorable contra la estrella en ascenso de Estados Unidos que hasta acá estaba invicta con 10 victorias (5 de ellas bajo la esfera UFC) en misma cantidad de presentaciones.
Sin embargo, el Rasta se repuso y a fuerza de jabs efectivos sobre el rostro de luchador de 28 años de raíces puertorriqueñas revirtió la tendencia en la velada de UFC Vegas 28. Tras la paridad en el segundo asalto, terminó el tercer round con un dominio abrumador a punto tal que en el último golpe logró volarle el protector bucal a Baeza.
“Pasé por un montón de frustraciones. El primer round fue un calentamiento, después encontré mi juego. Estuve a punto de morirme, un año en el hospital. Tuve otros problemas físicos y llegaron a decirme que no iba a volver a pelear. Perdí mucho tiempo en mi vida. Sé que voy a ser campeón para Argentina, Latinoamérica y toda mi gente”, declaró, efusivo, desde la jaula luego de su victoria por decisión unánime con un 29-28 en todas las tarjetas.
La última vez que el argentino había entrado a un octágono había sido en enero de este año con una dura derrota por KO ante el chino Li Jingliang. Aquella ocasión había sido muy especial para Santiago, quien acumulaba por entonces más de dos años sin pelear a raíz de diversos problemas de salud que casi lo alejan de la actividad profesional. “Si hubiera ganado las cosas se iban a acomodar más rápido porque llegaba a ocho peleas sin perder”, comentó sobre su deseo de alcanzar alguna vez el título del peso welter.
Tuvo una infección en la pierna que lo mantuvo varios meses entre consultas médicas y una preocupación total hasta que finalmente encontraron el diagnóstico acertado. Sin embargo, con la recuperación lograda, se fracturó el dedo del pie durante un entrenamiento y otra vez tuvo que detenerse. Finalmente, otra vez un escollo: se contagió coronavirus y estuvo cuatro semanas recuperándose.
“Pasé por problemas muy duros antes de la pandemia. Tuve una infección en la sangre y fue bien complicado. Me hospitalizaron, me llenaron de medicamentos, me pusieron un catéter hasta el corazón con un montón de medicamentos. Cuando estaba por terminar el tratamiento me empezó a levantar fiebre por una mala reacción, me volvieron a internar porque el medicamento me había matado todos los glóbulos blancos, no tenía defensas”, explicó en una entrevista con Infobae.
En esa misma nota, retrató sobre su vida: “La verdad es que yo pago un precio muy alto por lo que estoy haciendo. me fui de Argentina con 20 años, comencé muy de abajo, peleé mucho. Ya son 14 años que prácticamente no veo a mi familia o la veo muy poco, cuando voy a Argentina es poco el tiempo que paso con ellos y ellos también tienen sus actividades y les cuesta venir”.
Fuente: Infobae